«Educación en valores, educación bilingüe, adaptación curricular a las necesidades de cada niño… qué bien suenan estas palabras, que bonito es escribirlo pero qué difícil llevarlo a la práctica. Yo, como madre apasionada por mis hijos, como psicóloga y coach y como amante del mundo de la educación formal y no formal, trato de aplicar todos estos conceptos en mi día a día, sin embargo, me sigo equivocando cada día de mi vida. Me gusta pensar que no se trata de un problema personal, sino que es inherente a la dificultad de la tarea. Tarea que consideraba imposible de cumplir hasta que tuve la grandísima suerte de conocer un proyecto educativo como el del Chester College. Un proyecto en el que la implicación incondicional y tremendamente respetuosa, de la directora y fundadora, por la educación y evolución de cada uno de los alumnos impregna todo lo que, en esos jardines repletos de rincones mágicos y en ese caserío de tejado rojo y paredes de piedra, se lleva a cabo. Un proyecto en el que se preocupan por la vidas, en su globalidad conceptual, de cada uno de los integrantes y en el que se cuestionan continuamente el por qué de las cosas con una actitud libre de juicios y prejuicios y con la única finalidad de buscar soluciones en colaboración con los padres. Soy de las que piensa que “las palabras se las lleva el viento” y que de nada sirve tener un proyecto sobre el papel redactado por gurús de la educación si las personas que lo llevan a cabo no lo viven o no lo sienten así. Mi paso por el Chester College fue sólo de 1 año, debido a mi reciente traslado a Munich, pero el impacto que este proyecto ha tenido en mí y, sobre todo, en mis dos hijos – Uxía de 5 años y Marko de 4- será para toda la vida. Y por esto quiero agradecer todo lo que han hecho por las dos personitas que derriten mi corazón y me despiertan una sonrisa cada mañana. Y, con el mayor atrevimiento del mundo, invito a quien se encuentre leyendo estas palabras a que se acerque a conocer el centro, el proyecto y, sobre todo, al motor de este gran barco, su Dirección. Y para todo el que haya decidido o decida viajar con ellos os deseo, con mucha envidia, ¡muy buen viaje!”.
Alexia López del Río. Santiago de Compostela (A Coruña).